El módulo 60x60 cms. de piedra nos configura un espacio de jardín, pixelando el tapiz y variando material y textura según la zona y necesidad.
La principal característica de esta piscina es que el solado abandona las dos dimensiones para levantarse en zonas determinadas como alcorques o remates con jardineras perimetrales, siempre respetando el módulo.
De esta forma se ordena un espacio antes descontrolado sin rigidizarlo en exceso.