En el estudio procuramos desarrollar los proyectos con la mayor capacidad y medios que tenemos. Dedicamos muchas horas tanto a la etapa de diseño como a la de gestión. Aunque un proyecto se pueda parecer a otro hacemos una labor de investigación previa ya que queremos evolucionar los diseños aunque tengamos una misma base teórica.

No obstante, hay veces que algunos resultados son mejores que otros.

Un componente importante en el resultado final es el propio cliente.  La capacidad para transmitir sus necesidades de una forma clara es fundamental . Los diseños preconcebidos por el cliente nos sirven para saber un poco mas sobre las necesidades, en la mayoría de los casos no son la mejor respuesta formal.

En las reuniones de diseño ser exigentes y claros en cuanto a las cosas que no gustan.  Una filosofía buena podría ser no coartar la capacidad de diseño, pero a la vez si no gusta alguna cosa decirlo claramente. De esta forma siempre se focaliza la energía de diseño hacia un camino correcto y positivo. 

Las obras suelen ser largas y en algún momento surgen dudas motivadas por el temor a equivocarse o a opiniones de agentes externos. Es importante tener un proyecto claro y bien estudiado. Si ese proyecto tiene un nivel trabajo adecuado es muy complicado mejorarlo mediante improvisación y al revés, muy fácil de penalizar con cambios de última hora. .

Fundamentamental la confianza en el arquitecto. No es infalible, pero es lo mas cercano a un guía de caza en una selva llena de peligros desconocidos. Si el arquitecto se siente respaldado por el cliente y confía en que su labor de diseño va en sentido adecuado es más facil que llegue a mejores soluciones técnicas y formales.

Os recomendamos el post que escribimos en nuestro anterior blog "Reformas Integrales: como abordarlas y ejemplos".

Un saludo,

Sergio Olazábal